Redacción. Madrid
Especialistas del Departamento de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra aplican en la actualidad una técnica de trasplante de células madre adultas obtenidas del limbo del ojo sano del paciente o de un donante para el tratamiento de la pérdida de visión por insuficiencia límbica.
El paciente Miguel Francés, que ha recuperado en un 90 por ciento la visión de un ojo mediante trasplante, junto a los especialistas del Departamento de Oftalmología Javier Moreno (director) y Adriano Guarnieri.
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Estas células madre se obtienen normalmente del ojo sano del propio paciente, “aunque en los casos en los que los dos ojos presentan lesiones se recurre al trasplante de las células del limbo de un familiar inmunocompatible o de la córnea de un donante de órganos”, precisa Adriano Guarnieri, especialista en córnea del departamento de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra.
Así, oftalmólogos de la clínica han efectuado trasplantes de células madre limbares en pacientes que presentaban daño en ambos ojos y en los que se extrajeron células madre de una parte del limbo del hermano, que era el familiar inmunológicamente más compatible.
En concreto, la técnica de trasplante comienza con una pequeña biopsia del limbo sano, que no supone afectación para el ojo sano. De esta manera, las células madre obtenidas de esta extracción se cultivan en un laboratorio del centro. Una vez que se ha conseguido el crecimiento adecuado de esta población celular, tras varias semanas, las células madre obtenidas se trasplantan a una membrana amniótica como medio de cultivo y soporte.
“La utilización de membrana amniótica para el trasplante de las células limbares al ojo afectado se debe a que se trata de una superficie resistente, transparente, delgada y rica en colágeno”, añade este experto.
Estas células madre se cultivan de nuevo en membrana amniótica y, cuando ya se ha obtenido una población celular suficiente, se trasplantan al ojo afectado en esta misma membrana. "Conseguimos así mantener las células limbares trasplantadas en la superficie del ojo, de forma que estas células madre van cubriendo la superficie ocular, alojándose en el limbo afectado e implantándose en él, hasta regenerar el epitelio dañado y volver a crear una superficie corneal transparente y homogénea", argumenta el oftalmólogo.
Tratamientos posteriores
Una vez realizado el trasplante de las células madre limbares, inicialmente, el paciente debe seguir un tratamiento antiinflamatorio ya que se le ha sometido a una pequeña intervención quirúrgica. Además, deberá seguir un tratamiento con gotas antibióticas para prevenir cualquier infección ocular.
“Pero una vez que el limbo y el epitelio corneal quedan restaurados, no es necesario que el paciente siga tratamiento alguno, al margen de cuidados mediante lágrimas artificiales o algún producto protector de la superficie ocular”, precisa Guarnieri. El porcentaje de éxito de dicha técnica se sitúa en torno al 75 por ciento de los casos, según estudios internacionales.
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